miércoles, 8 de junio de 2005

Mi buhardilla-orquidario

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A todos a los que nos gustan las orquídeas, tarde o temprano nos enfrentamos al eterno problema, la falta de sitio. Yo empecé colocándolas en lugares cerca de las ventanas, pero claro, enseguida llené los espacios. Luego compré una estantería y la coloqué bajo un gran ventanal que tengo en la sala, pero me pasó lo mismo, enseguida la llené.










Pensando qué es lo que podía hacer, pues la mayoría de a los que nos gustan las orquídeas andamos maquinando y dando vueltas a la cabeza para fabricar artilugios para nuestras orquídeas y también de dónde ubicarlas, después de mucho pensar, di con la solución. Tenía una habitación con una cama en la buhardilla, que se utilizaba en escasas ocasiones al año, más bien diría que en muy contadas ocasiones. Además, ya disponía de otra habitación libre a parte de la mía, así que opté por colocar las orquídeas en la buhardilla.










La buhardilla no es un espacio grande. Por de pronto, es abuhardillado y la parte más alta mide aproximadamente 180 cms. y desde ahí, hacia los lados empieza a bajar de altura. Los metros útiles para tener las orquídeas, son de aproximadamente 7 m². En realidad, la buhardilla tiene más metros, pero que son zonas muy oscuras, nada idóneas para el cultivo de las orquídeas, por lo que lo utilizo para guardar sustratos, macetas, corcho, etc… En el techo, tiene dos grandes ventanales de 115 x 75 cms, uno orientado al norte y otro al sur, por donde entra gran cantidad de luz. La habitación no tiene calefacción, pero como está contigua a una pieza de la casa donde sí la hay, con dejar la puerta de la buhardilla abierta es suficiente. Por último, y no menos importante, aunque en toda la casa tengo madera en el suelo, en la buhardilla tengo sintasol (Material plástico que,a modo de moqueta,se utiliza como pavimento de interiores), así que si a la hora de regar caía agua al suelo, no tenía problemas de estropearlo.










Después de idear todo este tema, me puse un día a vacíar la buhardilla. Cuando quedó vacía, mi otro problema era de cómo hacer para que después de meter todas mis orquídeas (que a lo largo de los años me junté con 250), me quedara sitio por donde yo andar, para poderlas ver de cerca, regar, etc… Después de mucho pensar, y sabiendo que en macetas me iban a ocupar mucho espacio y que si ponía estanterías, las orquídeas de la parte superior quitarían luz a las del inferior, opté por colocar la mayoría de las orquídeas epífitas en corcho, y luego colocarlas en la buhardilla colgadas de alguna que otra forma. Así me aseguraría bastante espacio. Fue un trabajo arduo y un poco engorroso, que a lo largo de los días pude hacerlo.










El siguiente paso era comprar malla de red e ir colocándola justo por debajo de los ventanales. Desde cada lateral de la ventana, hasta el suelo. Las colocaba en los laterales y en el lado más lejano a mí , así me quedaba libre la parte central, donde yo poder moverme sin ningún problema. Pero antes de colocar la malla de red, puse plástico detrás, para así al regar, que el agua que no echara sobre las orquídeas, no cayera en la parte trasera de la buhardilla, y para ello a parte del plástico y de la malla de red, coloqué unos recipientes de agua justo debajo de éstos, para recibir el agua sobrante del riego.










El resultado, ya lo veis. Yo estoy contento de cómo ha quedado, y aunque parezca mentira, hay casi 250 orquídeas metidas en esta buhardilla. En verano no tengo problemas, pues las saco al exterior, pero es un buen sitio para pasar el invierno. Tiene una temperatura constante de entre 15/18ºC en invierno, y una humedad relativa que ronda entre el 60 y el 70%. Suficientes para mí, para tenerlas todas juntas y no molestar a nadie de casa.











miércoles, 1 de junio de 2005

PLAGAS: Pulgones, Áfidos...

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Los pulgones se engloban dentro de la superfamilia Aphidoidea incluida en el orden homóptera. Estos pequeños insectos invaden un gran número de plantas herbáceas y leñosas desde la primavera hasta el otoño. La colonización puede ser aérea o subterránea. Existen dentro de los pulgones especies que sólo atacan a un determinado tipo de planta o especies, que por el contrario, atacan a distintos tipos. Este último caso es el mas común. El ciclo biológico y reproductivo suele ser complejo.

CICLO DE VIDA

Los áfidos presentan un ciclo de vida complicado debido a las diversas fases por las que pasan y a las formas que adoptan, tan diferentes entre sí que en algunos pulgones inducen a considerarlos como especies distintas.
Según la planta hospedante, pueden distinguirse distintos tipos de pulgones:

  • Monoecias: especies que solo viven sobre una planta hospedante.
  • Heteroecias: alternan las plantas hospedantes (pasan el invierno en un tipo de planta y en primavera cambian a planta herbáceas, generalmente cultivadas).

Según la forma de reproducción, pueden ser:

  • Pulgones vivíparos. Aquellos que dan nacimiento a crías vivas.
  • Ovíparos. Aquellos pulgones que ponen huevos. Aquellos pulgones que pasan el invierno como huevos producidos por hembras sexuales, son referidos como que tienen un ciclo de vida holocíclico.

En función de ello la variedad de ciclos vitales de las especies de pulgones o áfidos es muy compleja, a continuación se describen con más detalle.

1. Ciclo Específico. Ciclo Holocíclico y Monoecia.

Las plagas específicas viven sobre un mismo vegetal y sobre él se produce una generación alternante de reproducción sexuada y asexuada, respectivamente. Para describir el ciclo comenzaremos por la reproducción sexuada, que se produce siempre en otoño.
Los pulgones sexuados aparecen desde septiembre a noviembre, los machos, en general, van provistos de alas y las hembras son ápteras (sin alas) casi siempre; también se dan casos, como en la filoxera, en que sean ápteros los dos sexos; los órganos bucales son muy pequeños y atrofiados, por lo que no se alimentan en toda su vida.

La hembra de esta generación sexuada deposita un solo huevo, denominado huevo de invierno. Este huevo permanece sin evolucionar hasta la primavera; entonces da origen a una hembra, denominada hembra fundadora, de la que se deriva toda la generación de pulgones.
La hembra fundadora es siempre áptera y se reproduce por partenogénesis. Frecuentemente es vivípara, pero en algunos casos también puede ser ovípara. De ella se derivan otras muchas hembras ápteras que solo se diferencian de la hembra fundadora en que son algo más pequeñas y de menor fecundidad.

De las primeras hembras ápteras se derivan, por partenogénesis, otras iguales y todas juntas constituyen la plaga de insectos que invade las plantas; el número de generaciones anuales puede ser grandísimo, de aquí su rápida propagación.
De estas hembras ápteras aparecen otras hembras aladas, también partenogénicas, capaces de invadir otros cultivos de la misma especie vegetal; de estas hembras aladas, en los nuevos cultivos invadidos, se derivan otras ápteras idénticas a las primitivas. A esta forma de aladas se las denomina virginóparas.
Al llegar el otoño se producen otras aladas denominadas sexúparas; éstas por partenogénesis depositan huevos, ya machos o hembras, y de éstos nacen los individuos sexuados que depositan el huevo de invierno en la misma planta, cerrando el ciclo biológico.

Existen, por tanto, dos formas aladas: una, las virginóparas, que transmiten la plaga a lugares lejanos, y otra, las sexúparas, que aparecen sólo en otoño y dan lugar a la generación sexuada, de las que deriva el huevo de invierno.

2. Ciclo Emigrante. Ciclo Holocíclico y Heterocia.

Se complica el ciclo de las plagas polífagas; el huevo de invierno se deposita sobre una determinada especie vegetal denominada huésped primario, y sobre esta misma habitan la hembra fundadora y las distintas generaciones de hembras ápteras partenogénicas.

La diferencia con el ciclo anterior comienza en las hembras aladas virginóparas, llamadas en este caso emigrantes, por trasladarse a otras especies vegetales diferentes de la anterior, denominadas huéspedes secundarios, donde dan lugar a otras hembras ápteras, partenogénicas, diferentes de las que se desarrollan sobre le huésped primario; a estas hembras se las denomina exiliadas, y dan lugar a otra plaga aparentemente distinta de la primera; generalmente al llegar el otoño aparecen entre las hembras ápteras exiliadas otras aladas sexúparas que regresan al huésped primario en el llamado vuelo de retorno, dando lugar a la generación sexuada de la que procede el huevo de invierno.

La emigración puede ser absoluta o facultativa. En el primer caso toda la colonia del huésped primario le abandona y se traslada al secundario, mientras en la emigración facultativa sólo una parte acude al huésped secundario, continuando el resto sobre el primario como en las especies no emigrantes.
Aún puede ocurrir que las generaciones exiliadas continúen reproduciéndose indefinidamente sobre el huésped secundario por vía agámica, sin retorno al huésped primario.

HUÉSPEDES VEGETALES

Son insectos muy polífagos, destacándose por interés económico los siguientes cultivos o grupos de ellos: melocotonero, tabaco, remolacha, frutales, hortalizas y ornamentales.

  • Pulgones monófagos o específicos. Viven en una especie de plantas.
  • Pulgones olífagos. Viven en unas pocas especies de plantas estrechamente relacionadas.
  • Pulgones polífagos o emigrantes. Viven en muchas plantas que pertenecen a familias diferentes.

DAÑOS CAUSADOS POR LOS ÁFIDOS O PULGONES

Los áfidos o pulgones pueden ocasionar distintos tipos de daños al cultivo, que pueden ser:

  1. Directos. Se deben a la alimentación sobre el floema de la planta (existen muy pocas especies que se alimentan del xilema). Las ninfas y los adultos extraen nutrientes de la planta y alteran el balance de las hormonas del crecimiento. Esto origina un debilitamiento de la planta, deteniéndose el crecimiento, las hojas se arrollan y si el ataque es muy severo puede secar la planta. La detención del desarrollo o la pérdida de hojas se traduce en una reducción de la producción final.
  2. Indirectos. Como consecuencia de la alimentación pueden generarse los siguientes daños indirectos:

  • Reducción de a fotosíntesis. La savia es pobre en proteínas y rica en azúcares, por lo que los áfidos deben tomar gran cantidad de savia para conseguir suficientes proteínas. Así, los pulgones excretan el exceso de azúcar como melaza que se deposita en el envés de las hojas y cayendo al haz de la hoja de abajo. Este exceso de melaza favorece el desarrollo de mohos de hollín, tizne o negrilla (Cladosporium spp.), lo que da lugar a una reducción de la actividad fotosintética de la planta y un descenso de la producción. Cuando este hongo mancha los frutos, deprecia su valor comercial.
  • Pueden transmitir a la planta sustancias tóxicas.
  • Vectores de virus fitopatógenos. Los áfidos pueden transmitir hasta 117 tipos de virus fitopatógenos. Los pulgones son el grupo de insectos más eficaz en cuanto a la transmisión de virosis, normalmente es realizada por las formas aladas. En los cultivos hortícolas destaca la transmisión de los virus CMV y PVY en solanáceas y CMV, WMV-II y ZYMV en cucurbitáceas.

ESPECIES DE ÁFIDOS MÁS IMPORTANTES

Los áfidos más importantes que se dan en cultivos de invernadero son:

  • Myzus persicae (pulgón verde del melocotonero), que causa daños en solanáceas (patata y plantas próximas) y crisantemo, principalmente.
  • Aphis gossypii (pulgón del algodón), sobre todo en pepino, crisantemo y pimiento.
  • Macrosiphum euphorbiae (pulgón del tomate), generalmente afecta a solanáceas.
  • Aphis fabae (el pulgón negro de la judía).
  • Aphis craccivora (pulgón del fréjol de vaca).

5.1. Myzus Persicae

También conocido como el pulgón verde del melocotonero y la patata, tiene un tamaño de 1,2 a 2,3 mm y es de color verde amarillento, con sifones verdes, largos y dilatados. Se caracteriza por la forma en W de los tubérculos frontales. Suelen aparecer hembras aisladas con muy pocos descendientes que tienden a dispersarse.

Es un insecto muy polífago que produce importantes daños directos e indirectos sobre los cultivos, destacando tomate, pepino, patata, tabaco y muchos otros cultivos vegetales. Myzus persicae quizás sea el pulgón más importante ya que tiene un rango muy amplio de especies hospederas secundarias incluyendo algunos cultivos.

Es una especie cosmopolita en climas templados apareciendo en América del Norte y Europa. Es capaz de transmitir más de 100 virosis, aunque rara vez aparece en grandes cantidades para causar daño directo debido a su actividad alimenticia.

Durante su ciclo se producen cambios de hospedadores, debido a que necesitan para completar su ciclo dos hospedadores (dioico). Tienen al melocotonero y algunas especies del género Prunus como hospedadores primarios, y a un gran número de plantas herbáceas como hospedadores secundarios.

El invierno lo pasa en estado de huevo, realizándose las puestas en las yemas del melocotonero. A partir de febrero se produce la eclosión de los huevos, apareciendo las hembras fundadoras.

En los brotes del melocotonero pasan entre dos y tres generaciones. En la última de estas generaciones todos los insectos son alados, y emigran a otros cultivos, no quedando pulgones en el hospedador primario en el mes de junio.

Durante los meses de verano pasan varias generaciones en los hospedadores secundarios, y en el mes de septiembre realizan el vuelo de retorno hembras y machos alados, realizándose las puestas en brotes tiernos y axilas de yemas.

En hortalizas se presentan especialmente en solanáceas, en invernadero hacen todo el ciclo sobre estas y alternando con plantas adventicias.


5.2. Aphis Gossypii.

Aphis gossypii es actualmente la especie más habitual en el algodón y en otros cultivos de la misma familia (Malvaceae), y dentro de las Cucurbitaceae, pepino y especies próximas. También es conocido como el pulgón del algodón y el pulgón del melón.

Son individuos de pequeño tamaño, 0,9 - 1,8 mm. Su coloración es muy variable, entre el amarillo, verde oscuro e incluso negro mate, dándose una amplia gama a menudo presente en la misma colonia, no presentando esclerificación dorsal. Los cornículos son de color oscuro, siendo la cauda algo más clara que éstos. Tienen las antenas relativamente cortas y los ojos rojos.


5.3. Aphis Fabae.

También conocido como el pulgón negro de la judía, es un insecto muy polífago, y ocasiona importantes daños directo e indirectos en gran número de cultivos, destacando judía, espinaca y remolacha.

Los adultos son de color negro mate o verde oliva, mide 1,5 a 3 mm y tiene las antenas cortas. Los inmaduros son verdes al principio para ir oscureciendo.

Son dioicos, teniendo como hospedadores primarios especies de los géneros Evonymus, Viburnum y Philadelphus, pudiendo estar las colonias sobre el hospedador 1º durante todo el año.

Procedente del huevo de invierno, aparecen una o dos generaciones fundadoras en el hospedador 1º. La emigración de los insectos alados se producen con unas condiciones óptimas de 26º C. y 60 % de humedad relativa. En otoño vuelven al hospedador 1º, apareciendo los adultos sexuados y poniendo el huevo de invierno.


6. MÉTODOS DE CONTROL.

6.1. Métodos preventivos y técnicas culturales.

Se aconseja:

  • Realizar tratamientos precoces, antes que la población alcance niveles altos.
  • La colocación de mallas en las bandas de los invernaderos.
  • Eliminación de malas hierbas y restos de cultivos del interior y proximidades del invernadero.
  • Colocar trampas cromotrópicas amarillas. Las trampas engomadas amarillas y las bandejas amarillas con agua son atrayentes de las formas aladas, lo que ayuda en la detección de las primeras infestaciones de la plaga.

6.2. CONTROL BIOLÓGICO.

Productos químicos naturales obtenidos de las plantas: Otra posible manera de controlar a los pulgones es mediante productos químicos naturales.

Se pueden encontrar en el mercado, jabones insecticidas, especialmente preparados para la fumigación cuando se diluyen con agua. Tienen la ventaja de respetar las especies de insectos beneficiosos y son biodegradables.

Insectos que se comen a los pulgones: Una manera de controlar los pulgones es utilizar procedimientos biológicos como la utilización de otros insectos que se los comen. Son enemigos naturales de los pulgones, las mariquitas, los sírfidos o moscas cernidoras, las mantis, las crísopas, las tijeretas, etc. La utilización exagerada de insecticidas químicos puede alterar esta fauna natural que se alimenta de las plagas y favorecer su desarrollo, por lo tanto hemos de ser muy prudentes en el uso de este tipo de insecticidas.

Algunos insectos, como las mariquitas, se pueden comprar y dejarlas en nuestro huerto o jardín.

Entre los productos más efectivos y ecológicos para eliminar las plagas se encuentra el aceite de neem, obtenido del cinamomo o melia, un árbol procedente de la India y plantado como árbol ornamental en muchas avenidas y parques de las ciudades y cuyas bayas resultan tóxicas. El aceite extraído de esta planta contiene muchos flavonoides con propiedades insecticidas. A diferencia de los anteriores apenas actúa por contacto, si no solo por ingestión y no afecta a los mamíferos.

La utilicazión de líquidos obtenidos de plantas aromáticas o culinarias es una de las maneras de atajar estos enemigos. Así, por ejemplo, podemos realizar alguno de los tratamientos siguientes:
  1. La ortiga (Urtica dioica) contiene rutina e hidroxitreptamina, dos principios con propiedades insecticidas naturales, pero además, contiene tiamina y una serie de ácidos que son repelentes de insectos (Ácidos cafeico, clorogénico y linoleico) por lo que si utilizamos estos componentes podemos eliminiar los insectos que perjudican las plantas o evitar que estos se acerquen. Preparación: Decocción de un puñado de ortiga seca por dos litros de agua durante 20 minutos. Introducir el líquido resultante en una botella con un spray y fumigar las plantas afectadas.
  2. El ajo (Allium sativum). Otra de las plantas más reconocidas con propiedades insecticidas es el ajo. Sus principios sulfurados, entre ellos la allicina y el flavonoide rutina, le confieren esta propiedad. El ajo ha sido utilizado tradicionalmente para combatir las plagas desde la antigüedad cuando el hombre no conocía aún los insecticidas artificiales. El tratamiento con ajo era una manera natural de eliminar y controlar los insectos perjudiciales. Podemos utilizar este recurso en nuestro huerto o jardín como insecticida biológico. Preparación: Decocción de cuatro cabezas de ajo por litro de agua. Introducir el líquido resultante en una botella con spray y rociar las plantas.

6.3. Control Químico.

Los lugares donde suelen aparecer son las puntas de los tallos y las yemas, por lo que si, lo detectamos al principio, podemos despuntar estas partes afectadas y deshacernos del material contaminado. Es importante también aplicar un insecticida sistémico, es decir, aquel tipo de insecticidas que son absorbidos por las plantas y los pulgones lo absorben al chupar su savia. La mayoría de ellos contiene un principio acaricida-insecticida sistémico llamado Dimetoato que muchas veces se combina con otros insecticidas y acaricidas sistémicos de contacto o ingestión como el Carbaril o el Triclorfon. Una vez aplicado sobre las zonas afectadas, si se puede, se debe separar la planta afectada del resto. Igualmente será muy importante controlar las hormigas para que éstas no trasladen los pulgones del suelo u de otras plantas a los ejemplares sanos.

La nicotina puede obtenerse bajo permiso especifico de agricultor para pulverizar las plantas afectadas. Es un potente veneno para los mamíferos y aves, e igualmente elimina a los pulgones y moscas blancas, aunque respeta a las mariquitas y a los sírfidos. Una solución no tan tóxica y también efectiva consiste en macerar hojas de tabaco o tabaco para fumar, en agua. Luego con el líquido resultante, se fumigan las plantas afectadas.

Otro procedimiento químico menos agresivo para eliminar los pulgones es mediante aceite mineral. El aceite mineral se aplica abundantemente sobre la planta infectada y destruye a los pulgones al no dejar que respiren. A pesar de ser un procedimiento más ecológico que el anterior, no debe aplicarse en plantas que presenten poca salud o cuando las plantas se encuentren muy estresadas por el calor excesivo. El uso del aceite durante estos días podría perjudicarlas.

Entre los insecticidas naturales menos agresivos, aunque no biológicos, tenemos las piretrinas que se utilizan para controlar las plagas en las plantas, así como los parásitos en los animales y en el hombre. Las piretrinas se obtienen de la familia de los crisantemos. Respecto a los anteriores tienen la ventaja que se degradan con más facilidad y presentan más dificultad para contaminar las aguas, sin embargo, al igual que los insecticidas químicos tradicionales, afectan a la fauna beneficiosa y rompen el equilibrio natural.

También puede aplicarse jabón líquido casero, aunque éste es menos efectivo y se suele combinar con otros insecticidas.

Myzus persicae, es una de las especies que más ha desarrollado resistencias a los plaguicidas, aconsejándose su utilización a partir de los meses invernales. El umbral de tratamiento se estima en un 3-10 % de brotes atacados.

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Bueno, espero que os haya gustado, para cualquier consulta o sugerencia, podéis escribirme a: airegaizto@gmail.com

lunes, 30 de mayo de 2005

PLAGAS: Babosas y caracoles

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Los caracoles y babosas están entre las plagas más molestas en muchos jardines y paisajes. El caracol café de jardín (Helix aspersa) es el caracol que causa más problemas en los jardines. Varias especies de babosas son frecuentemente dañiñas, incluyendo la babosa gris de jardín (Agriolimax reticulatus), la babosa con franjas (Limax marginatus), la babosa leonada (Limax flavus) y la babosa de invernadero (Milax gagates). Tanto las babosas como los caracoles son miembros del grupo de mosluscos phylum y son similares en estructura y biología, excepto que las babosas carecen del escudo externo de los caracoles.

Identificación y Biología

Los caracoles y babosas se mueven deslizándose a lo largo de un "pie" muscular. Este músculo segrega moco constantemente el cual se seca para formar un rastro de baba plateada que indica la presencia de plagas. Las babosas y caracoles son hermafroditas, así que todos tienen el potencial de poner huevos. Los caracoles café adultos ponen alrededor de 80 huevos esféricos blancos y perlados en un agujero en la capa superficial del suelo. Pueden poner huevos hasta seis veces al año. A los caracoles les toma cerca de dos años madurar. Las babosas alcanzan la madurez después de tres a seis meses, dependiendo de la especie, y ponene huevos claros ovales o redondos en lotes de 3 a 40 debajo de las hojas, en grietas del suelo y otras áreas protegidas.

Los caracoles y babosas están más activos por la noche y en días nubosos o con niebla. En días soleados se mantienen escondidos en lugares lejos del calor y de la luz brillante; a menudo las únicas pistas de su presencia son los rastros plateados y las plantas dañadas. En regiones de inviernos benignos, los caracoles jóvenes pueden estar activos todo el año.

Durante el período de frío, los caracoles y babosas invernan en la capa superficial del suelo. Durante los períodos calurosos y secos, o cuando hace frío, los caracoles sellan su entrada con una membrana parecida a un parche y a menudo se pegan a sí mismos a los troncos de los árboles, cercas o paredes.

Daños

Los caracoles y babosas comen de una variedad de plantas vivas, así como de material vegetal descompuesta. Sobre las plantas, comen haciendo agujeros irregulares con márgenes lisos en las hojas y flores y pueden cortar partes de plantas suculentas. Pueden comer frutas y corteza de plantas jóvenes. Debido a que prefieren follaje suculento o flores, son principalmente plagas de las plántulas y plantas herbáceas, pero también son plagas serias de frutas maduras, como fresas, alcachofas y tomates, que están cercanos al suelo.

Sin embargo, también comen sobre el follaje y frutas de algunos árboles; los cítricos son especialmente susceptibles de daño. Busque los rastros de moco plateado para confirmar que el daño fue causado por babosas o caracoles y no por tijeretas, orugas u otros insectos masticadores.

Eliminación

Un buen programa de eliminación de caracoles y babosas depende de una combinación de métodos. El primer paso es eliminar, en lo posible, todos los lugares donde los caracoles y babosas puedan esconderse durante el día: tablas, piedras, desechos, maleza alrededor de los troncos de árboles, ramas frondosas creciendo cerca del suelo, y sitios densos como hiedras son puntos de albergue ideales. Habrán refugios imposibles de eliminar, por ejemplo repisas bajas o cercas, las partes inferiores de patios de madera, y las cajas de los medidores de agua. Revise regularmente esas áreas para atrapar y remover los caracoles y babosas. También sitúe las plantas susceptibles de ataques tan lejos como sea posible de esas áreas. Reducir los lugares de escondite dificulta la supervivencia a los caracoles y babosas. Los supervivientes se congregan en los abrigos restantes donde es más fácil localizarlos y removerlos. Cambiando del riego por aspersión al riego por goteo, reducirá la humedad y superficies mojadas, haciendo el hábitat menos favorable para estas plagas. Escoja plantas a prueba de caracoles para las áreas donde la población de éstos es más denso. Las barreras de cobre pueden ser útiles para proteger plantas especialmente susceptibles. Si bien los venenos pueden ser parte de un programa de eliminación de caracoles y babosas, por sí mismos no proveen un control adecuado en jardines que contienen abundancia de abrigo, alimento y humedad. La elección de plantas puede afectar en gran medida la batalla contra caracoles y babosas. Los caracoles y babosas se benefician de plántulas y plantas con follaje suculento y estas plantas deben ser vigiladas continuamente. Algunas plantas que son seriamente dañadas son albahaca, frijol, col, dalia, delfino, hosta, lechuga, caléndula, fresa, orquídea y muchas plantas vegetales. Por otro lado, muchas plantas resisten el ataque de caracoles y babosas como las begonias, adormidera de California, fuscias, geranios, nomeolvides, lantana, nasturcios, y muchas plantas con hojas rígidas y follaje con fuerte aroma como lavanda, romero y salvia. Muchas plantas leñosas y pastos ornamentales no son también seriamente afectadas. Si diseña su jardín usando plantas como éstas, probablemente el daño producido por caracoles y babosas será muy limitado.

Recolección manual

La recolección manual puede ser muy efectiva si se hace a fondo y regularmente. Al principio debe hacerse diariamente. Después que la población haya declinado notablemente, puede ser suficiente una recolección semanal. Para extraer los caracoles, humedecer el área ifestada en las últimas horas de la tarde. Después que oscurezca, búsquelos usando una lámpara, recójalos (pueden ser necesarios unos guantes de goma cuando se trata de babosas), colóquelos en una bolsa de plástico, y tírelos a la basura; o pueden ser puestos en un balde con agua jabonosa y después tirarlos a la compostadora. Alternativamente, los caracoles y babosas capturados pueden ser triturados y dejados en el jardín. Se puede rociar una solución de amoniaco casero y agua al 5 ó 10% sobre los animales recolectados para matarlos.

Trampas

Los caracoles y babosas pueden ser atrapados bajo tablas y macetas colocados por todo el jardín o terreno. Las cáscaras de medio melón invertidos hacen buenas trampas. Puede construir trampas con tablas de 30 x 38 cms. (o cualquier tamaño fácil de manejar) levantadas del suelo por guías de 2,5 cms. Las guías facilitan a las plagas arrastrarse y colocarse por debajo. Limpie los tableros de los caracoles y babosas acumulados y destrúyalos. Lo más común es destruirlos por aplastamiento. No utilice sal, por que incrementará la salinidad del suelo.

Las trampas de cerveza se han usado para atrapar y ahogar las babosas y caracoles, sin embargo no son muy efectivas para una labor compleja. La cerveza atrae a las babosas y caracoles dentro de un área de solo unos cuántos pies, y deben ser rellenados de vez en cuando para mantener el nivel suficiente para ahogar los moluscos. Las trampas se colocan a ras del suelo, así los moluscos caen fácilmente dentro de ellas. Es el producto fermentado lo que los atrae, y puede utilizarse una mezcla de agua azucarada y cebada en lugar de cerveza. Las trampas deben ser profundas, con paredes verticales para permitir que los animales se arrastren y una tapa para evitar la evaporación. Las trampas para moluscos pueden comprarse en las tiendas de artículos para jardinería.

Barreras

Varios tipos de barreras mantendrán a los caracoles y babosas fuera de las camas de siembra. La forma más fácil de mantenerlas son aquellas hechas con cobre brillante y malla. Las barreras de cobre son efectivas por que se piensa que el cobre reacciona con la baba que secretan los caracoles y babosas, causando un flujo de electricidad. Las láminas verticales de cobre, pueden erigirse alrededor de las camas de siembra. Las mallas deber ser de 15 cms de alto y enterrados varios centímetros por debajo del suelo para prevenir que las babosas traspasen la barrera por debajo del suelo.

Las láminas de cobre, pueden rodear las cajas de siembra, cabeceras o troncos, para repeler los caracoles por varios años. Caundo se protejan troncos, rodee la hoja de cobre alrededor del tronco, con el lado de la lengüeta hacia abajo, y córtelo para permitir una superposición de 20 cms. Fije una orilla o la mitad de la banda al tronco con una grapa orientada de manera paralela al tronco. Sobreponga y asegure las orillas con uno o dos clips grandes para papel para permitir que la lámina de cobre se deslice mientras el tronco crece. Doble las lengüetas a un ángulo de 90º del tronco. Las láminas necesitan ser limpiadas ocasionalmente con una solución de vinagre. Cuando se usan láminas de cobre en cajas de plantación, asegúrese que la tierra de las cajas esté libre de caracoles antes de aplicar las láminas. Si no es así, quite los caracoles y babosas de la tierra después de aplicar las láminas hasta que la tierra esté libre de plagas.

En lugar de las láminas de cobre, pueden pintarse los troncos con la mezca Burdeos (mezcla de sulfato de cobre y cal hidratada) o con sulfato de cobre solo, para repeler los caracoles. Debe darse al menos un tratamiento al año. Añadiendo pintura de látex blanca se puede incrementar la persistencia de la mezcla Burdeos durante dos estaciones. Las barreras de cenizas y tierra de roca sedimentaria colocada en una banda de unos 2,5 cms de altura y unos 7 cms de ancho alrededor del jardín han probado ser también efectivas. Sin embargo, estas barreras pierden su efectividad después de mojarse y son por consiguiente difíciles de mantener y no son muy útiles en la mayoría de las situaciones.

Enemigos naturales

Los caracoles y babosas tienen muchos enemigos naturales, incluyendo escarabajos de tierra, patógenos, culebras, sapos, tortugas y aves, pero la mayoría son rara vez lo suficientemente efectivos para proveer un control satisfactorio en el jardín. Una excepción es el uso de aves de corral domesticadas - patos, gansos o gallinas- mantenidas en las áreas infestadas (sea cuidadoso, ya que las aves también se alimentan de plántulas). El depredador caracol decapitador (Rumina decollata), ha sido liberado en los huertos de cítricos del sur de California para controlar al caracol
café del jardín y ha probado ser muy efectivo en el control biológico. Éste se alimenta únicamente de pequeños caracoles, y no de los grandes. Debido al impaco potencia del caracol decapitador sobre ciertas especies de moluscos en peligro de extinción, no puede ser liberado en las afueras de California en los condados de Fresno, Imperial, Kern, Los Ángeles, Madera, Orange, Riverside, Santa Bárbara, San Bernardino, San Diego, Ventura o Tulare. También, los caracloles decapitadores pueden alimentarse de pequeñas plántulas y flores, así como ser una molestia cuando cubren el patio trasero en un día nublado. Los caracoles decapitadores pueden ser matados por cebos.

Venenos

Los venenos para caracoles y babosas pueden ser efectivos cuando se usan apropiadamente en conjunción con un programa cultural incorporando los otros métodos discutidos anteriormente. Sin embargo, los venenos por sí solos no son efectivos para controlar los caracoles y babosas. Están disponibles varios tipos de productos contra caracoles y babosas. Los venenos contienenen como ingrediente activo más común el metaldehído. Los venenos de metaldehído son particularmente venenosos para perros y gatos, y la forma de píldora son especialmente atractivos para los perros. Estos productos no deben ser usados donde los niños y mascotas no puedan mantenerse alejados. Algunos productos de metaldehído están formulados con carbaryl, en parte para incrementar el espectro de plagas controladas para incluir insectos del suelo y basura, arañas y bichos de la siembra. Sin embargo, el carbaryl es tóxico para habitantes benéficos del suelo como los escarabajos de tierra y las lombrices y deben ser evitados si solo se requiere eliminar caracoles y babosas. Los venenos que contienen 4% de metaldehído son significativamente más efectivos que aquellos que solo contienen un 2%. Sin embargo, son también más tóxicos para los perros y la vida silvestre. Los productos al 4% que están actualmente disponibles son formulados para uso en cajas de cebo protegidas para minimizar su peligrosidad.

Evite coloclar el veneno de metaldehído, especialmente en vegetales. El veneno que contiene solamente metaldehído es más factible cuando la temperatura es cálida o después de la lluvia, cuando los caracoles y babosas están activos. El metaldehído no mata los caracoles y babosas directamente a menos que coman una cantidad considerable; más bien, estimula las células productoras de moco para sobreproducir moco en un intento de desintoxicar el veneno. Las células eventualmente fallan y el caracol muere. Cuando está soleado o cálido, mueren por desecación. Si después de comer el veneno, sigue un tiempo fresco y húmedo, pueden recobrarse si ingieren una pequeña dosis. No riegue durante 3 a 4 días después de colocar el veneno; el riego reduce la efectividad y los caracoles pueden recobrarse del veneno de metaldehído si hay condiciones de alta humedad. La mayoría de los venenos a base de metaldehído se echan a perder rápidamente cuando se expone a la luz del sol; sin embargo, algunas fórmulas de pastas o píldoras soportan más tiempo bajo condiciones soleadas y humedad.

Un veneno recientemente registrado de hierro fosfato (disponible en varias marcas como Sluggo y Escar-Go), tienen la ventaja de ser inocuos en el caso de animales domésticos, niños, aves, peces y otros animales silvestres y es una buena elección para un jardín programado para la eliminación de plagas. La ingestión del veneno de hierro fosfato, aún en pocas cantidades, causará que los caracoles y babosas cesen de alimentarse, aunque puede tomar varios días para que los caracoles mueran. Los venenos a base de hierro fosfato pueden esparcirse en el prado o en el suelo alrededor de los vegetales, ornamentales o árboles frutales para protegerlos. Este veneno puede ser más seguro contra caracoles que contra babosas.

Esparza el veneo en las áreas que los caracoles y babosas frecuenten regularmente tales como las áreas alrededor de los rociadores. Colocar el veneno repetidamente en los mismos lugares maximiza el control, por que los moluscos tienden a regresar a los sitios donde encuentran alimento. Nunca apile el veneno en montones, por que se hacen atractivos a las mascotas y a los niños. El colocar el veneno en trampas comerciales reduce el peligro para las mascotas y niños y protegen el veneno de la humedad, pero también reduce su efectividad. El veneno espeso puede persistir mejor bajo condiciones de lluvia y rociadores.

El clima es crítico para la colocación del veneno; es menos efectivo durante climas muy cálidos, muy secos o muy fríos del año, por que los caracoles y babosas están menos activos durante estos períodos. Riegue antes de colocar el veneno para promover la actividad de los caracoles y aplique el veneno por la tarde o por la mañana. La aplicación durante una tarde cálida y húmeda es ideal. Aplique el veneno en una franja delgada alrededor de los rociadores, cerca de muros y cercas o en otros lugares húmedos y protegidos, o espárzalos a los largo de áreas que los caracoles y babosas cruzan desde áreas protegidas hacia el jardín.

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